«Esta es mi mirada, mi interés y lo que me mueve y conmueve del D.E.I. como yo puedo entenderlo, y desde mi perspectiva como ser humano. Desde los comienzos conocidos de la humanidad hasta hoy (cada vez se descubre más lejana en el tiempo), ya sea en Egipto y su filosofía y/o conocimientos del Alma en su viaje por la tierra con un cuerpo, hasta el viaje al más allá una vez dejado el cuerpo.
Desde las escrituras de Sócrates, Platón, Aristóteles, etc., hasta los filósofos actuales y las religiones, hasta el ser no intelectualizado, pero sí con sentimientos, vivencias, sensaciones y pensamiento, el ser humano se pregunta ¿Quién soy? ¿Cómo soy? ¿Qué quiero? ¿Porqué me pasa esto o aquello?, incluso ¿cuál es el sentido de la vida? Entonces comenzamos a escuchar desde la cultura de la “nueva era” esto del “ser uno mismo”, “conócete a ti mismo” y una miríada de ideas y acciones, hasta psicólogos, místicos, investigadores, etc., que intentan aportar su experiencia para lograr algo en esta búsqueda.
Mindfullnnes, yoga, conocimientos transmitidos por gurúes en un frenesí por saber qué es ese “sí mismo”. El Self diría Carl G. Jung… Ahora bien, cómo podemos encontrarnos, sentir nuestra esencia si hoy no nos sentimos bien y no sabemos qué está pasando, no conocemos qué nos pasa y porqué, no nos registramos como el sistema holístico cuerpo, mente, alma y cómo funciona e interactúan nuestros pensamientos, emociones y cuerpo, que nos envía mensajes de “no estoy bien”, nos duele algo, tenemos angustias, pensamos en cosas dolorosas o nos da miedo poner en juego lo nuestro en ciertas oportunidades. El D.E.I. propone la posibilidad de ir desentrañando desde el cuerpo y la memoria celular y energética que guarda, la paulatina comprensión de que somos un sistema integrado…y que estas alertas son mensajeros de nuestras necesidades no atendidas, dolores no sanados, deseos e impulsos dejados de lado, traumas no comprendidos y procesados saludablemente y permite que sean atendidos, valorados, sanados paso a paso en sucesivas sesiones, para poder desplegar la potencialidad del ser. En la medida en que pueda saber y aprender de lo que me pasa hoy, es que puedo hacer algo con ello. D.E.I. brinda ese conocimiento, ese encuentro de respuestas a los porqué hasta conocernos más y llegar ya por nuestra cuenta a los “para qué”. La idea es apuntar al “qué me pasa” y “cómo lo estoy viviendo” para hacer lo que necesito, tener alivio para poder “ser” y lograr hacer con mi ser con bienestar, para lo cual la asistencia del D.E.I. y sus distintas técnicas de ayuda que permiten ir desbloqueando energéticamente y liberar el stress, además de ir conociéndonos cada vez más, reencontrándonos con lo que somos y lo que sentimos, es una herramienta de gran valor. Reúne saberes corporales, psicológicos (capacidad para integrar pensamientos y emociones desde la propia individualidad y tal cual es en la realidad), energéticos (chacras, meridianos, etc.) y sus correspondientes correcciones, que colaboran en el despertar del ser y sus capacidades, mayores a lo que habitualmente creemos.»
-Viviana Foglia-